martes, 22 de noviembre de 2011

Realidad.

Cada vez que una hoja se desprende de su árbol, la acompaña una historia. Por consecuencia, cada vez que pisamos una hoja, esa historia vuelve a florecer. Estuve pensando y después de múltiples charlas filosóficas sobre el sentido de la vida y el por qué general, a lo largo de mi vida, me di cuenta que absolutamente todo, es relativo. No podemos saber qué es algo realmente y qué no, cuándo estamos dormidos y cuándo despierto, o inclusive si toda la vida en si no es un sueño, si es que los sueños son lo que dicen ser. Para ser sincera, tampoco sé qué forma la realidad y qué forma lo que no lo es, cuál es el parámetro, por qué se planteó así y cómo están todos tan seguros. Realmente si uno se pone a analizarlo detenidamente, lo cual debo decir que toma unas cuantas horas y aun así la idea queda inconclusa y sin solución, te terminas dando cuenta de que lo único que podemos decir con certeza, es que nada es certero. Sí bueno, un color es un color, y el azul se llama azul y no verde porque alguien le puso ese nombre. Pero ¿cómo uno puede saber que el que lo ve mal es el comúnmente denominado daltónico, y no todo aquel que no sufre de daltonismo? Minorías. Así llegamos a la terrible tendencia de calificar a las minorías como algo erróneo. Al que no ve, al que no escucha, puedo irme de tema y decir, al homosexual; están mal. ¿Por qué? Porque sí, porque la mayoría sí ve, sí escucha, y no se siente atraído por alguien de su mismo sexo. Porque así debe ser. Totalmente no. Se califica al que es distinto por serlo y se da por sentado que esa diferencia es un defecto. ¿Por qué tiene que ser defecto no escuchar, o escuchar más que una persona promedio, o ver distintos los colores? ¿Por qué sentir atracción, así sea realmente sentimental o tan solo física, por alguien de tu mismo sexo, está mal? Porque hay un estereotipo básico y cuadrado de lo que debe ser una persona hecha y derecha. Alguien de no menos de un metro sesenta ni más de un metro noventa. Alguien que ve bien, alguien que escucha. Alguien heterosexual, alguien con tal creencia religiosa y una idea política clara. Pero la realidad, es que no estoy de acuerdo, y eso sí es real incluso en este inexplicable que es la vida. Para mí, cada uno hace de su vida lo que quiere, siente como quiera y piensa como quiere. Para mí, a cada uno le toca una forma de ser diferente, y nadie es mejor o peor que nadie. Para mí, no hay un parámetro, ni una estadística para decir quién es normal y quién está mal. Y si es así que no se discrimine nada. ¿Por qué alguien que ve diferente los colores es llamado daltónico? ¿Y cómo le digo a alguien que sí los ve bien? ¿Persona? Un daltónico también lo es. Estuve pensando y después de múltiples charlas filosóficas sobre el sentido de la vida y el por qué general, a lo largo de mi vida, me di cuenta que absolutamente todo, es relativo. No podemos decir que el Deja-vu es una sensación de que algo ya pasó debido a un recuerdo o a una secuencia de acción pasada, parecida. Podemos decir también, pero no confirmar, que un Deja-vu es la repetición de una acción pasada, sin más preámbulo. Un desliz en el pasaje del tiempo, un resbalón, pasos para atrás que se filtraron en la continuidad. Un salto de cuadro. Hay tantas cosas que no pueden llamarse de la forma en que se las llama con tranquilidad. Incluso nada. Nada es tanto, que uno no puede pensar en ella literalmente. No se puede tener la mente en blanco, se puede pensar en la nada misma pero no llevar a cabo la acción de no pensar. ¿Por qué? Debe haber alguna explicación científica, de ahí a que sea en un 100% real, ¿Quién sabe? Estuve pensando y después de múltiples charlas filosóficas sobre el sentido de la vida y el por qué general, a lo largo de mi vida, me di cuenta que absolutamente todo, es relativo. Cada vez que una hoja se desprende de su árbol, la acompaña una historia. Por consecuencia, cada vez que pisamos una hoja, esa historia vuelve a florecer. ¿Y quién dice que uno no vive lo que alguien ya vivió y esa hoja guardó en su entonces fresca memoria? ¿Quién dice que cuando uno pisa esa hoja seca que cayó al piso de tanto peso de información que tenía, no corroe la fortaleza del recuerdo y lo revive en carne propia? Es totalmente ridículo, pero no puede negarse que sea en realidad, real. A fin de cuentas, ¿Qué es la realidad?

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