martes, 22 de noviembre de 2011

Forever young.

¿Qué querés ser cuando seas grande? ¿Qué vas a hacer cuando crezcas? Esas preguntas cruciales que escuché innumerables veces, que mi cerebro procesó en busca de una respuesta difícil de formar, con ideas poco claras aunque deseos fervientes y firmes. En su momento tal vez, habré cambiado de opinión y de idea a medida que pasaban los años. Decidir un día ser médico para salvar vidas, y al siguientes querer ser actriz para estar en la tele. La emoción que se reflejaba en el brillo de mis ojos al ver un video clip en la pantalla, querer cantar como si el mundo se acabara mañana. Habré pensado así mucho tiempo, y hasta a veces todavía lo hago, pero si lo analizo detenidamente hay solo una cosa que quiero ser cuando crezca, y es yo misma. No sé si podré cumplir mis sueños, no sé si viviré hasta los ochenta, no sé si pueda viajar por el mundo, ser una mega cantante o si seré una diseñadora como mi vieja. Lo único que sé es que no quiero cambiar, no quiero dejar de ser yo con el tiempo. Pueden pasar los años y pueden generarse diferencias, peleas, distanciamientos, pero no quiero perder a mis amigos y en cuarenta años decir "eran unos amigos geniales, pero esto pasa y eso pasa y nos dejamos de ver... Tendría que tratar de ubicarlos pero para qué? A estas alturas después de tantos años, no son más que conocidos", sería demasiado triste. Y si hay algo que de verdad no quiero es dejar de ser joven. No me importa crecer en años, la edad es sólo un número, y cuanto pueda cambiar físicamente la verdad, me da lo mismo. Pero no quiero dejar de ser alocada, fiestera, alegre, desvergonzada, entre tantas cosas que me caracterizan. No sé qué vaya a pasarme ni que vaya a ser de mi vida, la verdad me es incierto. Lo único que sé con certeza es que cuando sea grande, todo lo que quiero ser, es yo, y no quiero perder la magia.

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