jueves, 23 de febrero de 2012

Way to happiness

Buscar desesperadamente el camino correcto a la felicidad. Cometer errores, caer, pero siempre levantarse. Tal vez pensar un poco menos y actuar más sea de ayuda, necesito ayuda. Dejar que las cosas pasen como tengan que pasar sin forzar un destino anónimo de existencia dudosa y no dejar que los viejos tropezones te inhiban a seguir. Agarrame de las manos y no me sueltes, que a veces me hace falta alguien que me obligue a no clavarme las uñas. Las huellas en mis palmas me recuerdan momentos tristes, pero pasados. Necesitar dejar atrás las experiencias dolorosas, sin olvidar lo que me enseñaron para así, limpiar mi alma de negros sentimientos. Y quizás, aprender a odiar, solo un poco, aquellas cosas que no me hacen bien, para así disfrutar más las que me hacen feliz. Debería aprender a quererme y dejar de juzgar mi persona en cada aspecto de su pequeña existencia. Eso soy, soy minúscula dentro de una marea humana de personalidades, pero aún así valgo la pena. Soy un grano de arena más que mantiene la playa en su forma. Estar ahí parado, junto a tantos otros, viviendo, buscando la forma de llegar al mar para ser parte de algo diferente, algo más grande. Recúerdenme que de frente al mar todo se ve mejor, que lo cristalino de las aguas de algún lugar siempre va a hacer brillar mis ojos y latir mi corazón. Después de todo eso, me queda no olvidar respirar, o en todo caso, olvidarlo solo a veces. Cuando algo te sorprende, cuando la felicidad colma tus pulmones. Cuando todo duele. Cuando sentís que el amor te toca. Olvidar respirar, como muestra de que hay algo ahí más importante que pensar en vos mismo. Siempre pensar en vos mismo, pero aún así nunca dejar de pensar en los demás. Estar en paz con tu persona.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Tan simple como complejo.



A veces pienso que la lluvia es una representación clara de la vida, de cómo las cosas caen por su propio peso. Cómo llegan a tu vida repentinamente, en una acción casi fugaz, y de un momento para el otro, ya no están. Aparecen, te golpean si aviso, te hacen feliz o no, y después se van. Dejan frío y dejan recuerdos, dejan soledad, pero nada más. O tal vez está hecha para purificar almas, quién sabe. Yo me siento mágica, única bajo la lluvia. Pero quizás, tal vez, es simplemente un fenómeno atmosférico, que se genera por la condensación del vapor de agua contenido en las nubes. Uno nunca sabe con certeza por qué pasan las cosas, cómo se producen. Es decir, ¿Cuál es el motivo por el que uno se enamora? o también, ¿Por qué uno tiene que chocar contra algo y caer? ¿Cuándo va a ser el día que tengas todo eso que tanto esperaste? ¿Cómo es morir? A veces sólo me paro bajo la lluvia y miro el cielo, después el suelo. Las gotas caen, simplemente eso hacen. Así es la vida de simple y compleja. Las cosas pasan sin que prestemos mucha atención, pero uno nunca sabe realmente, por qué.