domingo, 13 de noviembre de 2011

More than best friends - Final Chapter


Ese era el momento. No podía esperar más porque se iba a arrepentir y lo iba a guardar para ella sola. En la arena se miraron una vez más, fijo, un lazo muy fuerte los unía, tan fuerte que ambos se dimos cuenta en ese momento. No había nada que pudiera interrumpirlos esta vez. Acomodó su escultural cuerpo al lado suyo pero de costado para poder ver su cara, ya que había caído sobre él. Sus miradas volvieron a cruzarse, ahora no tenía vergüenza...era totalmente conciente de lo que estaba por hacer y de por qué lo hacía. Era amor, puro y dulce amor, el cual ya no quería esconderse más detrás de las frágiles paredes de sus corazones. Se acercó aun mas a él, estaban tan cerca como hace un largo rato, cuando ambos volvieron a sentir la ya conocida respiración del otro. Él la miro por última vez, observó cada mínimo detalle en sus facciones. En eso, ella posó su mano en su varonil rostro, formando pequeños círculos con la yema de su pulgar, él cerró los ojos por un momento, luego volvió a abrirlos –


Él:- Crees que pase algo esta vez? – Ella no pareció comprender rápidamente, luego él traspasó la arena con un brazo para terminar con una mano enredada en el rojizo cabello de la morena, posó la otra sobre su cintura y la miró fijamente a los ojos. Siguió, recorrió con la mirada cada parte de la anatomía de la chica hasta volver a sus ojos. Segundos después, sus labios se hundieron en un profundo beso. Juegos de lenguas y suaves caricias invadían esa playa y cada segundo que pasaba era como estar en las nubes para ellos. Unos cuantos minutos pasaron entre la dulzura y desenfreno de sus besos. Cuando por fin se decidió, por más que ella no quisiera, a despegar sus labios de los de él lentamente. No sintió vergüenza, no había gran preocupación, pero aun así su tez tomó un leve tinte rojo. Sus ojos estaban clavados en los de ella. Sorpresivamente, él fue quien poco a poco volvió a acercarse a ella y rozó sus labios, le besó la frente, luego su afinada nariz y lentamente volvió a sus labios. Esta vez, tardaron mas en separarse. Sus bocas pedían a gritos un poco más. Supo en ese momento, de que era perfecto, y estaba segura que desde ese momento no se iba a cansar de tenerlo junto a ella nunca. Aun así, se dispuso a explicar qué era lo que le pasaba, qué fue lo que hizo que todo pasara así -
Ella:- Hoy...cuando estábamos en el bar, -un gesto avergonzado se marcó en su rostro, eran como disculpas explicitas que no hacían falta-, antes de que el mozo viniera, sentí algo adentro mió que me lo explicó todo. Te vi a los ojos, y en ellos encontré lo que nunca antes había visto, era un destello que se esparcía por todo tu ser. Parecía que tenías luz propia, pero cuando volví del baño, volví a mirarte, con la esperanza de que aun siguiera ahí, y ya no estaba. Después, cuando salimos y empezamos a caminar, la luz volvió...fue cuando terminé de darme cuenta. No era tu luz...era nuestra luz.- En ese momento, una sonrisa amplia y hermosa como nunca antes le había dirigido, se abrió en los labios del chico. Una sonrisa contagiosa, que no tardó en imitar. La felicidad de uno se reflejaba en el alma del otro, su sensible corazón estaba tranquilo, aunque sus latidos aumentaban y sentía como golpeaba contra su pecho. Las ultimas palabras que le dirigió fueron las que deseaba desde niña dejar salir de su boca en algún momento de la vida –
Ella: Fue mágico, como un cuento de hadas. - Esa noche, las calidas arenas de la que ahora era su playa presenciaron los actos más dulces que alguien puede llevar a cabo. En sus ojos había un brillo tan especial, único. Todo era perfecto. El sabor de sus besos, tan dulce y sin igual, parecía saciar la sed. Una sed de saber, de averiguar que había más allá de esos labios que, por temor, resultaban impenetrables para ambos hasta hoy. Ahora, entre ellos se mirábamos de manera diferente. Con ternura y delicadeza.
Ambos callados, en la misma posición que ya poseían y con sus labios separados por milímetros nada más, se dejamos dominar por Morfeo.
Entre sueños recordaban cada instante de ese día inolvidable y sonreían.
Momentos como en los que dos silencios, dicen al unísono…Te Amo.

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